domingo, 13 de marzo de 2011

EL POBLADOR RURAL ECUATORIANO A TRAVÉS DE LOS ÚLTIMOS 60 AÑOS DE HISTORIA


Para no perder la costumbre del blog y continuando con las características de “derrotero”, que he intentando otorgarle (para las personas que no estén familiarizadas con el término, el derrotero hace referencia a una publicación náutica, que consiste en ilustrar y describir las costas y sus perfiles visuales, así como los peligros presentes, formas de navegación convenientes, puertos, etc, para dar información indispensable al navegante), comento a mis poquisimos pero distinguidos lectores que he viajado al viejo continente a continuar con mis estudios, por lo cual, he seguido la ruta aérea que más de un millón de hermanos ecuatorianos han realizado por motivos varios, desde el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre hasta la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas; ciudad donde vivo desde hace 6 meses, en donde me encuentro escribiendo estas burdas palabras.
Les comento que como parte de mi estudio de tesis estoy realizando una investigación que me ha resultado muy interesante y quisiera compartir con ustedes una mínima parte de la misma, ha sido un reto poner a prueba los conocimientos adquiridos y ha sido un gusto revisar información y documentos de gran valia que menciono en este nuevo escrito. Recuerdo a ustedes que este blog se trata de las PERCECPCIONES del pseudo ensayista que está detrás de estas letras, y aunque basados en datos reales, no he dejado de poner mi pequeña contribución.

En Ecuador como en la mayoría de países latinoamericanas en los últimos 60 años ha existido un crecimiento demográfico pujante que se ha mantenido hasta la actualidad; datos censales de 1950 hablan de 3.211.000 habitantes, mientras que los datos del último censo de población y vivienda 2010 mencionan un total de 14.306.876 habitantes.

Los rasgos que definen la realidad demográfica del país están basados en la desigualdad de la distribución de la población a lo largo del territorio, mostrando claros desequilibrios regionales, así como en términos urbano-rurales. Para identificar los rasgos característicos de la población rural ecuatoriana, se ha tomado como referencia los últimos 60 años, para mostrar la evolución de las condiciones rurales.

En la década de 1950, según documentación oficial del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos – INEC, la población rural representaba el 72% de la población total (2.297.000 habitantes), pobladores ubicados en zonas rurales de todos los rincones del país.

En esta década la población rural ecuatoriana sufre la primera convulsión económico social, ya que varias de las industrias más importantes en el país relacionadas con la exportación de sombreros de paja toquilla (Panama Hat) hacia Estados Unidos y Europa quiebran, afectando la economía de varias zonas del país especialmente de la sierra centro y sierra sur; los sectores poblacionales en su mayoría rurales que habían estado vinculados con dicha industria inician la primera gran oleada de emigración, seleccionando como principal destino Chicago o Nueva York, ciudades con las que tenían mayor relación por la importación del sombrero.

Si bien el principal destino fue Estados Unidos[1], varios países de América reciben un flujo importante de migrantes ecuatorianos sobre todo Venezuela, Chile y Canadá. Además existe una importante movilización hacia las ciudades a lo largo del país en búsqueda de mejores condiciones laborales y calidad de vida.

Desde finales de esta década hacia inicios de la década de 1960 el poblador rural ecuatoriano impulsa la creación de movimientos sociales que luchan por abolir la explotación laboral que sufren y las condiciones precarias de vida a las que son sometidos por parte de los grandes terratenientes, entre estos la iglesia. Esto provoca una serie de “redistribuciones” fallidas de tierra, generando movilizaciones hacia zonas inhabitadas e improductivas causando un gran impacto social y ambiental, y obligando al poblador rural, tradicionalmente agricultor a escapar hacia zonas con mayores oportunidades.

Este punto es de gran importancia para el poblador rural, ya que marca el inició de la participación política de los movimientos rurales en el Ecuador; a partir de esta década hasta la actualidad los movimientos políticos rurales de formación indígena, montubia y afro descendiente se han transformado en una de las mayores fuerzas políticas a nivel nacional.

Hay que recalcar que la vida rural ecuatoriana se ve muy influenciada por la separación económica y social que sufre la política durante varias décadas, ya que al priorizar el pago de la deuda se desatiende los servicios sociales de apoyo a la producción como son infraestructura, crédito, investigación, asistencia técnica, transferencia de tecnología; pero además se ven mermados los campos de educación y salud. Esto influencia aún más la movilización de la población rural hacia las ciudades; estudios realizados  sobre migración a nivel nacional mencionan que “la población rural se dirige a las ciudades no por las luces que esta brinda, sino por la oscuridad del campo[2]” haciendo referencia al abandono estatal del sector.

Estos movimientos migratorios por las causas mencionadas se pueden analizar con los datos que presenta el censo realizado en 1982, este demuestra que la población rural ecuatoriana ha crecido en un 81% desde 1950 (4.153.500 habitantes), pero la población urbana sufre un crecimiento del 330%, pasando de 914.000 habitantes urbanos en 1950 a 3.924.000 habitantes en 1982. Esto demuestra que la emigración rural en el Ecuador aportó en más del 40% del incremento poblacional urbano.

Entre las décadas de 1980 a 1990 se puede definir como una etapa de sensibles cambios para el poblador rural ecuatoriano, determinados por el modelo de desarrollo asumido por el país, las políticas de corte neoliberal implementadas, la caída de los precios del petróleo, el pago de la deuda externa, el aumento sucesivo de los precios internos, así como las crisis político institucionales; factores que causan el empobrecimiento de gran parte de la población y agrandan la brecha entre clases sociales.

El censo de 1990 presenta un crecimiento rural de 193.000 habitantes en comparación a las cifras de 1982 (4.346.000 personas), y en el ámbito urbano la población aumentó a 5.311.000 habitantes (1.387.000 nuevos pobladores urbanos)[3], superando por primera vez a la población rural con un 55% del total.

La década de 1990 marca la vida no solo de la población rural, sino del país en general, ya que se el sistema  financiero ecuatoriano quiebra, se produce el conocido  feriado bancario para evitar la fuga masiva del capital y la dolarización de la economía; esta crisis se manifestó en una vertiginosa expansión del desempleo, el subempleo y la pobreza tanto urbana y rural[4], y provocó la mayor ola migratoria hacia el exterior en proporciones nunca antes vistas, esta vez los destinos elegidos son España e Italia en mayor proporción.

Este proceso introduce una revitalización del movimiento político rural, con el movimiento indígena como su principal representante entre otras organizaciones o colectivos sociales[5].

Con el desarrollo de estos acontecimientos, tanto en el espacio urbano como en el rural se configuran nuevas formas de ocupación y organización, los pobladores rurales ubicados en las cercanías de la ciudades comienzan a desempeñar nuevas funciones, además de la extracción de materias primas agroforestales, de alimentos, de suministro de mano de obra, y de ciertos servicios, se generan actividades turísticas y recreativas, pasan a ser espacios de localización industrial y de otras actividades que se encontraban en zonas urbanas.

En el Censo del año 2001 se demuestra que los trabajadores que se encuentran en áreas consideradas como rurales eran el 39% de personas que trabajaban en el Ecuador para esa época, lo que permite estimar que la población rural incrementó en un 1,9% anual tomando en cuenta los datos del censo de 1990 (325.600 personas). El principal sector de ocupación rural era el primario, más de un millón de personas trabajaban en agricultura, ganadería y actividades relacionadas (59% de habitantes del sector rural, 7,5% en manufactura, 6,9% en comercio, 4,9% en la construcción, 3,3% en servicio doméstico y 2,8% en otras labores), es decir el sector primario ocupaba el 60,5% de la población rural, esto demuestra que la evolución del empleo rural desde 1990 al 2000 ha mostrado un mayor dinamismo en actividades recreativas, culturales, hostelería, comercio, transporte, comunicaciones, entre otros.

Tomando en cuenta los empleos creados en la ruralidad en la década de 1990 al 2000, el 53% provienen del sector agrario, esto se profundiza si se analiza los datos de la unidad básica de gobierno, la parroquia, 6 de cada 10 parroquias no superan los 5000 habitantes, estas contaban con mas de 500.000 empleos relacionados con la agricultura y pesca más del 67%, servicios 21%, industria y minería 8% y la construcción y otros el 4%, esta influencia del sector agrario ha sido la columna vertebral de las economías cantonales y provinciales.

Esto demuestra el peso del sector agrario en el desarrollo de la vida del poblador rural, en la mayoría de parroquias rurales es el principal motor económico y es la principal fuente de generación de empleo e ingresos. En estas “pequeñas” poblaciones los otros sectores económicos no poseen la escala, ni condiciones necesarias para ser desarrollados y formar una red potente y dinámica que reemplace a la agricultura.

Estas características agrícolas que marcan formar de organización de la producción muy desequilibradas territorialmente y socialmente injustas, sumada la debilidad para generar otras actividades económicas, explica junto a otras situaciones se explica la trascendencia de la pobreza alcanza en la áreas rurales ecuatorianas.

En el censo del 2001, se analiza la pobreza a partir del concepto de Necesidades Básicas Insatisfechas, facilitando esta información en escalas territoriales, en donde se muestra que el 61% de los ecuatorianos censados se encontraban en situación de pobreza.

Estas características demuestran a que a lo largo de la historia las poblaciones rurales se han visto afectadas por escasos niveles de acceso a los factores de producción; insuficientes servicios sociales básicos de salud, saneamiento y educación; a pocas oportunidades de empleo agrícola y no agrícola; por la falta de inserción en el tejido económico, y a una larga exclusión histórica por razones de sexo y etnia.

A pesar de todas estas adversidades el poblador rural se ha caracterizado a través del tiempo por ser el encargado de mantener la cultura, costumbres y tradición del país, ha manejado de manera adecuada su sistema económico teniendo como principio básico el manejo de prácticas adaptadas al medio y el autoabastecimiento, ha sido un referente en el manejo adecuado de los recursos naturales y ha sido ejemplo de organización y asociacionismo, incluso llegando a inferir en la palestra política de manera muy importante en nuestros días.

Esta breve y muy somera recopilación de sucesos demuestran la importancia de la población rural en el Ecuador, y marcan la pauta para las estrategias a implementar que permitan mejorar las condiciones de vida de este segmento poblacional. Para finalizar les comento que este es un resumen del documento original en el cual trabajo y quería compartir parte de él con ustedes, además estos datos impulsan una propuesta bastante innovadora que permita a la población rural ecuatoriana mejorar sobre todo el acceso a toma de decisiones.


[1] Ramírez J. La migración calificada: El caso de los ecuatorianos en Canadá. Subsecretaria de Asuntos Consulares y Migración del Ecuador
[2] Acosta, A. López, S. Villamar, D. La Migración en el Ecuador. Centro Andino de Estudios Internacionales. Universidad Simón Bolivar. 2006
[3] INEC - Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
[4] Cerdas, E. Jimenez, F. Valverde, M. Crisis de Ecuador en los años 1999 -2000
[5] García, F. ¿Un nuevo modelo rural en Ecuador? Cambios y permanencias en los espacios rurales en la era de la globalización. FLACSO 2007